OTOÑO BOREAL DE IMPACTO

El otoño boreal -o primavera austral- empezará con dos eventos de impacto.

El primero y muy mediático será el lanzamiento de Artemisa-1 a la Luna, recordemos, el inicio del programa de regreso del ser humano a nuestro satélite. En este caso la misión será no tripulada y tenéis una entrada anterior con detalles al respecto [1].

El otro evento será un evento de impacto literal. Se trata nada más y nada menos que el primer intento deliberado de estudiar como desviar un asteroide y que se realizará a finales de este mes, el lunes 26 de septiembre. La misión DART (Double Asteroid Redirection Test), lanzada a finales del pasado año por la NASA, realizará un impacto cinético (500 Kg) contra una pequeña luna de un asteroide, Dydimos, de un diámetro de unos 800 metros a 6,6 Km/segundo. Un pequeño cubesat italiano filmará el impacto de su nave nodriza, al separarse de la misma unos días antes del evento.

Misión DART. Crédito NASA.

Ni este cuerpo ni su pequeña luna Dimorphos, presentan una amenaza de impacto contra la Tierra, pero en este primer ensayo en lo que ya se conoce oficialmente como «Defensa Planetaria», vamos a abrir el camino para conocer que sistemas podemos desarrollar eficazmente para librarnos de un futuro impacto contra nuestro planeta, que sabemos que ocurrirá (ha ocurrido repetidas veces en el pasado) aunque NO cuándo sucederá. La página de NASA la tenéis en [2].

El evento será retransmitido en directo. El estudio de la modificación de la órbita de Dimorphos (160 metros y 1 millón de toneladas de masa) que orbita a Dydimos cada casi 12 horas, se llevará a cabo en las sucesivas semanas y meses, tanto desde observatorios en Tierra como desde una segunda misión espacial enviada por la Agencia Espacial Europea ESA, llamada HERA, en octubre de 2024 (llegará al asteroide doble en 2026), y que aportará mucha más precisión del sistema así como de los resultados en la modificación de los parámetros orbitales. La página de ESA la tenéis en [3].

HERA. Crédito NASA

El evento se espera que sea lo más energético posible teniendo en cuenta el perfil del choque, totalmente frontal si el sistema de guiado de la nave funciona como es previsible.

Primera imagen de Dydimos desde DART. El objetivo ya está a vista de cámara de misión. Crédito: NASA

Hay que recordar que no es el primer evento de choque de una nave espacial con un cuerpo menor de forma intencionada. En 2005 la sonda Deep Impact (NASA) [4] lanzó una masa impactadora de 375 Kg contra el cometa 9P/ Tempel 1 para conocer mejor su estructura, pero si es la primera misión espacial para estudiar la posibilidad de defender nuestro planeta de un choque futuro con un cuerpo menor -sea cometa o asteroide-.

Se retransmitirá el evento de impacto en el canal de NASA de Youtube en directo: https://youtu.be/-6Z1E0mW2ag

Actualización 27 septiembre: Éxito de misión. Esta pasada madrugada hora española, la nave ha impactado contra su objetivo, suministrando desde la nave 1 imagen cada segundo hasta el momento del impacto, a una velocidad superior a los 5 Km/segundo. Pendientes de las imágenes del cubesat y de los resultados en las modificaciones orbitales del objetivo que se puedan seguir desde la Tierra. Aquí tenéis las últimas noticas de este momento histórico en la defensa planetaria.

https://www.nasa.gov/feature/dart-s-final-images-prior-to-impact

Última imagen completa de Dart de la superficie del objetivo. Crédito NASA

Actualización 04 de octubre: De momento se están registrando una gran cantidad de polvo y restos del impacto desde observatorios en Tierra, que han convertido el asteroide en un aspecto cometario con cola. Aquí tenéis una de las fuentes:

https://noirlab.edu/public/news/noirlab2223/

Astronomers using the NSF’s NOIRLab’s SOAR telescope in Chile captured the vast plume of dust and debris blasted from the surface of the asteroid Dimorphos by NASA’s DART spacecraft when it impacted on 26 September 2022. In this image, the more than 10,000 kilometer long dust trail — the ejecta that has been pushed away by the Sun’s radiation pressure, not unlike the tail of a comet — can be seen stretching from the center to the right-hand edge of the field of view.

Actualización 11 de octubre: NASA confirma la modificación de los parámetros orbitales del objetivo en bastante más de lo esperado. Se abre una puerta a la esperanza ante un futuro en el que «el cielo puede caer sobre nuestras cabezas», literalmente. Enlace a la noticia:

https://www.nasa.gov/press-release/nasa-confirms-dart-mission-impact-changed-asteroid-s-motion-in-space

Crédito: HST/NASA

Crédito en la imagen

Referencias del texto

[1] https://cielosestrellados.net/2022/08/27/volvemos-a-la-luna/

[2] https://www.nasa.gov/specials/pdco/index.html#dart

[3] https://www.esa.int/Space_Safety/Hera

[4] https://www.jpl.nasa.gov/missions/deep-impact

¿Qué podemos esperar de la exploración espacial y astronomía en 2022? (y II)

Lo mejor de lo previsto en 2022 (astronomía)

En estas líneas de hoy voy a abordar los principales eventos astronómicos de este año, que también depararán la atención mediática.

Fenómenos astronómicos

Este año vamos a tener un eclipse total lunar en la madrugada del 16 de mayo y un eclipse parcial de Sol el 25 de octubre, aunque este pasará casi imperceptible desde nuestras comarcas, recordando además la peligrosidad del intento de observación de este último evento, si no es con instrumentación adecuada.

Hacía ya unos pocos años que no presenciábamos un eclipse total de Luna (o Luna de sangre) desde nuestra ubicación geográfica [1] , y la verdad es que ya tenemos ganas de volver a ver un espectáculo celeste que ha cautivado históricamente a todas las civilizaciones y que sólo precisa nuestros ojos para contemplarlo. Es cierto que la finalización del eclipse se producirá ya de día con la Luna por debajo del horizonte, por lo que no será tan espectacular como el enero de 2019, pero siempre que nos procuremos un horizonte Oeste despejado de obstáculos, no dejará de ser llamativo y fotogénico. Para consultar las horas de las etapas del eclipse, tenéis una buena referencia en el servidor de efemérides astronómica del Observatorio Astronómico Nacional (IGN) del Gobierno de España [2] .

Imagen del autor tomada durante el último eclipse total de Luna visible desde Castelló de la Plana

De los planetas visibles a simple vista, durante este año destacaremos la visualización del escurridizo Mercurio cerca del horizonte Oeste en las tardes de finales de abril.

El brillante planeta Venus destacará este año como lucero del alba antes de la salida del Sol y en dirección del horizonte Este, siendo una de sus mejores posiciones de observación las madrugadas del mes de febrero. Solo a finales de año el planeta volverá a verse de forma vespertina hacía el horizonte Oeste.

Marte este año alcanzará la oposición -o mínima distancia a la Tierra-, aunque no será hasta finales del mismo. De hecho, la misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) y Agencia Espacial Rusa (ROSCOSMOS) – ExoMars 2020 – será lanzada el mes de octubre para que aterrice en el planeta rojo a principios de 2023. La parte de ESA está compuesta por la más destacable, pues la compone el que está previsto sea el cuarto rover activo sobre el planeta rojo.

El gigante de los planetas, Júpiter, alcanzará la mínima distancia a la Tierra (oposición) en el mes de septiembre, aunque ya será observable durante el verano al iniciarse la noche cerrada. Es curioso destacar que en estos momentos aún es visible en el cielo vespertino durante aproximadamente una hora, pero su lejanía de nuestro planeta lo presentan al telescopio como un astro pobre y muy afectado por su baja altura en el horizonte.

El planeta anillado, Saturno, tendrá la oposición a finales del mes de agosto, por lo que también a inicios del verano será posible enviarlo con la noche cerrada.

Conjunciones entre planetas o planetas y la Luna

De entre los acercamientos aparentes entre los planetas en el cielo, tenemos numerosas conjunciones destacables.

En la madrugada del 28 de marzo tendremos una interesante conjunción de Venus (el más brillante), Saturno y Marte, no muy lejanos a una fina Luna menguante y poco antes de las luces del alba.

Captura con Stellarium de la madrugada del 28 de marzo antes de salir el Sol.

Durante las madrugadas del mes de abril, con un horizonte Este Sureste muy despejado de obstáculos, podremos observar 4 de los 5 planetas visibles a simple vista, con Júpiter, Venus, Marte y Saturno en casi una línea recta y enumerados en sentido ascendente. Hacía finales de ese mes la fina Luna menguante cobrará protagonismo cerca de la alineación planetaria, que será más cercana especialmente entre Venus y Júpiter, que alcanzarán una mínima distancia la madrugada del 1 de mayo.

Captura con Stellarium de la madrugada del 1 de mayo antes de la salida del Sol.

La madrugada del 8 de mayo la alineación de los 4 planetas es casi perfecta, produciéndose un especial acercamiento entre Júpiter y Marte el día 29 de este mes, igualmente antes del alba.

Captura con Stellarium de la madrugada del 29 de mayo justo antes de la salida del Sol.

En las madrugadas de finales de junio podremos encontrar en el cielo -si las condiciones lo permiten- la vista de los 5 planetas visibles a ojo desnudo de nuestro sistema solar, aunque la visión del escurridizo Mercurio -siempre muy cercano al Sol- constituirá un verdadero reto.

Captura con Stellarium de la madrugada del 27 de mayo antes de la salida del Sol.

Venus y la Luna se acercarán de forma especialmente llamativa la madrugada del 27 de mayo y la del 26 de junio.

Urano está en el límite de visión a simple vista desde lugares muy oscuros, y su localización no es nada trivial, por eso no fue descubierto hasta 1781 con telescopio y de forma casual. Si nunca lo hemos localizado, durante los primeros días del mes de agosto tenemos una buena ocasión, pues el planeta Marte se moverá cerca de él.

Precisamente la conjunción más llamativa del año será protagonizada por el planeta rojo y la Luna la madrugada del 8 de diciembre, aunque en dirección Oeste, pues la Luna ocultará al planeta.

Captura de Stellarium. La tarde del 8 de diciembre, antes de la ocultación de Marte por la Luna

Para finalizar el año, nuevamente tenemos el reto de localizar los cinco planetas visibles a simple vista de forma simultánea los últimos días de 2022, en esta ocasión de forma vespertina, pues Venus y Mercurio se esconderán de forma muy temprana tras la puesta de Sol.

Lluvias de estrellas

Como todos los años, la Tierra atraviesa a lo largo del año la órbita con restos de cometas y asteroides, que provocan las llamadas lluvias de estrellas. Aunque siempre llaman la atención del público, hay que tener en cuenta que la fase lunar -y por su puesto la localización para observarlas- son fundamentales para disfrutar del espectáculo.

Intentar ver una lluvia de estrellas desde una ciudad o un pueblo de cierto tamaño con su polución lumínica, es como esperar que el rover Perseverance encuentre un burro en su búsqueda de vida en Marte.

Desde nuestra ubicación, las más famosas son las que son agradables de ver, es decir, las que se producen en verano. Sin embargo, hay dos lluvias importantes que suelen superar en actividad a las famosas Perseidas, pero se producen en invierno boreal.

Este año disfrutamos del máximo de las Cuadrántidas la noche del 3 al 4 de enero, superando en meteoros a la hora (THZ) a las «Lagrimas de San Lorenzo» de agosto.

En abril podemos disfrutar de las Líridas, cuya máxima actividad es la noche del 22 al 23 del mes, sin embargo, su ventana de observacional idónea es de madrugada y solo poco antes de que la Luna haga su aparición. Los apenas 20 meteoros a la hora en el momento del máximo puede que no nos motiven para una salida solo con la finalidad de su observación.

En mayo, y también preferiblemente de madrugada, tenemos la lluvia de las Eta Acuáridas, cuyo máximo está previsto la madrugada del día 6. Su tasa horaria cenital (THZ) en el momento del máximo supera habitualmente los 50 meteoros a la hora.

En meses de verano boreal, en los que tumbarse a mirar la bóveda estrellada lejos de las luces urbanas es sin duda más agradable, tenemos la lluvia de las Delta Acuáridas (máximo madrugada 29 de julio con THZ de 25) y las famosas Perseidas la noche del 12 al 13 de agosto. Sin embargo, nos podemos olvidar prácticamente de su observación este año, pues el plenilunio se produce el mismo día 12 del mes.

Tendremos que esperar al mes de octubre para observar una lluvia algo digna, las Oriónidas, cuyo máximo se produce la noche del 21 al 22 de octubre con una Luna casi nueva y una THZ de 20 meteoros a la hora.

Otra Lluvia con más fama que actividad, es la de las Leónidas en noviembre, pero ello se debe a que se produce una muy alta actividad cada 33 años, cuando su cometa asociado regresa a las cercanías del Sol. El máximo, la noche del 17 al 18 de noviembre, aunque una Luna en fase de menguante empezará a molestar conforme el radiante de la lluvia (punto aparente de la bóveda celeste desde donde parecen surgir la prolongación de los trazos) empiece a alzarse en el horizonte este.

Solo pues la lluvia de las Gemínidas cuyo máximo se produce la noche del 13 al 14 de diciembre merece acabar mencionando. Es una de las lluvias más intensas del año (THZ de 150), pero una Luna menguante prominente puede acabar con nuestra ilusión de acabar el año viendo un espectáculo digno de este tipo.

Podéis encontrar información mucho más detallada de otras lluvias menores, e información astronómica más detallada en el servidor de efemérides del Observatorio Astronómico Nacional antes citado [2]

Luna Llena en el perigeo (Súper Luna)

Es un término detestado por algunos divulgadores y profesionales de la astronomía. Es cierto que el origen del término no tiene nada de tradicional, si no que fue debido a una desafortunada publicación sobre astrología en una conocida publicación astronómica durante los años 70 del pasado siglo.

Sea como fuere el término se ha popularizado y expresa el momento en el que la Luna llena se encuentra cerca del perigeo de su órbita alrededor de la Tierra, tomando como válido si la Luna llena se produce con mayor cercanía de los 360 000 kilómetros de distancia.

Salida de la Luna llena. Siempre espectacular. Fotografía del autor.

En los meses de julio y agosto tendremos pues súper Luna (llena). Con indiferencia de lo que se pueda opinar al respecto, para mi constituye un motivo para la divulgación astronómica. Salir a observar la Luna siempre es agradable, notar que se ve un poco más grande y un poco más brillante que otra Luna llena habitual, no es ni sencillo ni evidente (aunque sea realmente así), pero si constituye un atractivo para el público y por tanto una oportunidad de divulgar la ciencia que tanta falta nos hace en la sociedad actual.

Quizás el excesivo puritanismo a la hora de divulgar ciencia, el celo de que la ciencia solo se debe comunicar con arreglo a lo establecido por estamento pertinente o pensar que la divulgación de la ciencia no debe aceptar algunas de las nuevas tendencias y canales que repercuten socialmente en la actualidad, nos lleve a concluir que es uno de los motivos por los que no se acaba de llegar de forma amplia en su comunicación a la población y parte de ella desconfíe de la ciencia, su capacidad de afrontar el futuro, o piense que sencillamente no es capaz de entenderla (y no voy ni a comentar lo que se ha venido a llamar «movimiento negacionista» en algunas disciplinas de la ciencia). Hay que divulgar, divulgar y divulgar: cualquier ocasión es buena, cualquier motivo es bueno, cualquier resquicio que nos deje la ignorancia científica para derrotarla con la evidencia y el método científico, debemos aprovecharlo. Lamento el tono belicista, pero la ignorancia precisamente no nos ha traído hasta aquí.

¡Espero que os resulte de utilidad la entrada y siempre gracias por leerme!

¡Cuidaros!

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Referencias del texto:

[1] https://cielosestrellados.net/2019/01/20/la-ultima-luna-roja-hasta-2022/

[2] https://www.oan.es/servidorEfem/index.php

¿Qué podemos esperar de la exploración espacial y la astronomía en 2022?

Lo mejor de lo previsto para 2022 (Exploración espacial)

Marcados sanitariamente y socialmente por la pandemia, la ciencia de la astronomía y la tecnología de la exploración espacial – bastante vinculada en muchos casos con la primera- han sufrido algunos retrasos en estos dos años, pero por fortuna, la prudencia, la propia ciencia y las medidas sanitarias han permitido que, en líneas generales, se estén cumpliendo objetivos y resultados sin grandes retrasos.

Como dijo alguien en algún momento y en algún lugar, «la ciencia no depende de que creamos en ella o no», y añadiría modestamente que tampoco depende de las trabas que la naturaleza y las personas le ponga en el camino, tan solo de nuestra perseverancia y convicción -en base a evidencias y resultados- que estamos en el camino correcto, incluso cuando cuesta mantener el estado anímico.

En las líneas de hoy, donde estoy seguro me dejo fuera un número no poco importante de proyectos algunos de los cuales alcanzan objetivos el presente año- vamos con la exploración espacial, y dentro de siete días abordaremos lo mejor de lo previsto para la astronomía. Espero que os guste tanto esta entrada como la próxima.

La exploración espacial en 2022

El año pasado batimos los récords de lanzamientos orbitales. China destacó como potencia espacial liderando el número de estos lanzamientos. Lo que hemos visto de la Agencia Espacial China (CNSA) estos últimos años supera todas las expectativas que pensábamos eran capaces de alcanzar, en parte por por la bastante opaca información procedente del país asiático. Recordemos algunos de sus hitos; inició espectacularmente su andadura con el rover Yutu-1 de exploración en la Luna (Chang’e 3 en 2013), para posteriormente poner un rover de exploración en la cara oculta de la Luna -Yutu 2- (3 años en activo y funcionando actualmente), retorno autónomo de muestras desde nuestro satélite (Chang’e 5, 2020), nueva estación espacial propia en órbita de la Tierra ya habitada incluso con un período de hasta 6 meses (2021), llegada a Marte con un orbitador, un aterrizador y un rover explorador (2021), desarrollo de nuevos y potentes cohetes para abordar los mismos retos que en occidente se están definiendo claramente: regreso tripulado a la Luna, abaratamiento  de lanzamientos orbitales mediante reutilización, nuevos y más eficientes motores, hoja de ruta para la minería espacial y hoja de ruta para llevar las primeras tripulaciones humanas a Marte en algo más de una década, como tarde, en dos.

Sin más preámbulos, y sin detalles técnicos que exceden la finalidad de la entrada -aunque para ello os referencio al final los enlaces adecuados como es habitual- vamos a allá con lo que seguro será más destacable y que posiblemente nos va a emocionar en esta nueva época dorada de la exploración espacial.

Maquinas entre los mundos del sistema solar

De forma destacable se mantienen operativos los rovers en la superficie de Marte, los de NASA el Perseverance y su pequeño helicóptero Ingenuity (y sus actuales 18 vuelos a fecha de hoy), así como el muy veterano rover Curiosity. También el análogo Chino ZhuRong, así como su orbitador. A destacar a nivel estético los selfies que se han realizado ambos, -realmente curiosos-. Orbitadores activos hay varios en Marte tanto de NASA, de ESA como de ISRO y EAU, pero lo que ha realizado China (CNSA) es digno de resaltar como proeza, al ser su primer intento sobre el planeta rojo un absoluto éxito. En superficie, el aterrizador Insight (NASA) para conocer e interior del planeta y con estación meteorológica española (la tercera en el planeta), continua parcialmente activa, y estos últimos días con algunos problemas debido al polvo marciano.

Selfies del aterrizador y rover (izquierda) y del orbitador (derecha) de la CNSA llegados a inicios de 2021. No se trata de ilustraciones ni montaje. Créditos: CNSA

En la Luna también continúa activo el rover Yutu-2, dando una lección de aterrizaje en zonas complicadas (precisa de un pequeño orbitador lunar para sus comunicaciones con la Tierra) y durabilidad, acaparando recientemente la atención por una formación extraña fotografiada hace unas semanas cerca del horizonte y cuyo misterio ha quedado completamente despejado al acercarse a la misma.

En Júpiter, el orbitador Juno (NASA) sigue estudiando la compleja atmosfera de Júpiter y devolviéndonos imágenes fantásticas a poca altura de las nubes superiores -recordando que su cámara no es precisamente uno de sus instrumentos estrella-.

Júpiter desde la Juno. Créditos: NASA / JPL-Caltech / SwRI / MSSS

Respecto a misiones para nuestro conocimiento de cuerpos menores como cometas, asteroides y planetas enanos -de todos los estamos viviendo un cambio de paradigma en su conocimiento-, destacan las centradas en las que deben de marcar una hoja de ruta para la futura minería espacial (en la Luna y asteroides) y las de la defensa planetaria contra posibles impactos de cometas y asteroides con nuestro planeta. Soy consciente que aún puede sonar a ciencia ficción, pero estamos dando los primeros pasos en esa dirección de forma clara.

La misión Lucy (NASA) -que recibe su nombre de la famosa Australopithecus- está de camino a los asteroides troyanos del planeta Júpiter, considerados por los astrónomos planetarios como auténticos fósiles de nuestro sistema solar más primitivo, del cual cada vez nos surgen más preguntas que respuestas. Una misión de largo período (20 años) que nos devolverá información de gran interés sobre los «ladrillos» que formaron los planetas, aunque la llegada al primer troyano del planeta no sucederá hasta el año2027 [1].

Página Web de la misión Lucy de NASA. Captura de pantalla.

La misión Osiris-Rex (NASA) está camino de retorno con material tomado en el asteroide Bennu (500 metros de diámetro) tras permanecer dos años en su órbita estudiándolo, pero no llegará a nuestro planeta hasta el 2023 [2]. Este asteroide es uno de los considerados asteroides cercanos a la Tierra (NEO o NEA) y que son objetos de especial interés, que vemos como se acrecienta en los últimos años [3].

Captura de pantalla de publicación en Icarus sobre cálculos de trayectoria de Bennu basados en datos de la OSIRIS-REx.

Dentro de los asteroides cercanos a la Tierra, tenemos un grupo que consideramos potencialmente peligrosos (PHA) y que tienen una especial atención por un posible impacto futuro con nuestro planeta. Bennu es precisamente uno de ellos, aunque no se acercará a nuestro planeta de forma destacable hasta el año 2135 [4], por lo que saber más sobre su composición es sin duda interesante por varios motivos.

No será el primer retorno de muestras, recordemos que la Agencia Espacial Japonesa (JAXA), ya lo ha realizado de forma exitosa en dos ocasiones, especialmente positiva fue la segunda, con la misión Hayabusa 2 [5] sobre el asteroide Ryugu (retorno en diciembre de 2020), un asteroide también de tipo NEA.

Si pensamos que estos pequeños cuerpos no son por sí mismos lo suficientemente interesantes para conocer mejor la propia formación del sistema solar, quizás sí que sean más interesantes para desarrollar métodos técnicos con la finalidad de asegurar nuestra propia supervivencia como especie. Y para ello tenemos en misión la sonda DART (NASA) [6] rumbo a un asteroide cercano a la Tierra. Esta misión que partió el pasado año tiene como finalidad estudiar como la propia sonda, convertida en un impactador cinético, desvía una pequeña luna de unos 150 metros del asteroide Dydimos, de unos 800 metros, que también es un NEA. El impacto alterará el periodo de translación del pequeño satélite que será observable desde telescopios basados en tierra, y podremos llegar a conclusiones sobre la efectividad de este método. En septiembre tendremos el impacto de la misión e inicio de observaciones sobre el efecto del mismo. Aunque la Agencia Espacial Europea debe participar en el proyecto con el envío de una segunda nave, HERA, para la observación cercana en los próximos años [7], los plazos intuyo aún no están claramente establecidos.

Por cierto, esta no es la primera misión de impacto, ya existió una misión de NASA denominada Deep Impact (si, de nombre como la película de Hollywood) que lanzó un impactador cinético sobre el cometa 9P Tempel 1 en 2005. Aunque el impactador abrió un cráter estimado en más de 100 metros en la superficie del cometa que tiene un tamaño de 14×4 kilómetros, no se detectó ningún cambio orbital del cuerpo, aunque tampoco se esperaba este efecto.

Impacto sobre el cometa Tempel 1 de la Deep Impact. Ni se inmutó (como se esperaba). Crédito: NASA

Qué la Tierra tendrá un nuevo impacto con un cuerpo celeste, de tipo cometa o asteroide, no lo duda nadie (de los especialistas en impactos), pero como se ha dicho en sucesivas ocasiones, solo debemos determinar cuándo. Por tanto, que se inicien este tipo de misiones de una forma sistemática para establecer los recursos que son efectivos para desviar un asteroide en rumbo de colisión, no tiene precisamente poca importancia, y el tiempo no corre a nuestro favor, como casi nunca.

Desde el punto de vista de conocimiento de estos cuerpos, pero también desde el interés subyacente en cuanto al económico de explotación, no se nos escapa la misión Psyche (NASA) [8] que será lanzada durante el verano del presente año y con destino al asteroide de homónimo nombre situado en el Cinturón Principal de asteroides (entre Marte y Júpiter), uno de los asteroides más metálicos conocidos -de unos 200 kilómetros de diámetro- y cuyas hipótesis sobre sus orígenes pasan por ser el núcleo metálico de un cuerpo mucho mayor en el pasado de nuestro sistema solar.

La misión al asteroide Psyche. Captura de pantalla de la página web de la misión (NASA)

Manteniendo el interés no solo por el conocimiento, si no por la predicción del comportamiento solar que puede afectar en mayor o menor medida a las comunicaciones electromagnéticas de nuestra sociedad moderna, tenemos a la Sola Parker Probe (NASA)[9] en acercamientos cada vez más próximos y veloces (batiendo récords absolutos) a nuestra estrella para estudiar especialmente la estructura de la intrigante corona solar. La que se ha venido a llamar «nave que tocará el Sol» en su último sobrevuelo en diciembre de 2021 dentro de la zona de la corona solar pasó a solo 15 radios solares. Durante este mes tendrá otro sobrevuelo coronal, si bien el más cercano se producirá en 2025.

Sobrevuelo de la corona solar por la Parker Solar Probe. Crédito: NASA

El Sol, con un ciclo de actividad aún poco entendido, también está siendo estudiado de cerca por una sonda europea menos mediática, la Solar Orbiter (ESA) [10], aunque esta nave no se acercará más allá de los 40 millones de kilómetros.

Ya que mencionamos a la Agencia Espacial Europea y las calurosas cercanías a nuestra estrella, no podemos dejar de citar la misión Bepi Colombo (ESA-JAXA) [11] que hará su segundo sobrevuelo de Mercurio durante este verano, para ir consiguiendo una órbita circular alrededor del planeta menos explorado de nuestro sistema solar, que no conseguirá hasta 2025.

El año 2022 es también el del lanzamiento del rover europeo a Marte, exoMars2020 [12] tras el retraso de la ventana de oposición de hace dos años. Los europeos nos jugamos bastante en esta misión, los dos intentos de aterrizar en el planeta rojo fueron «litofrenados» (estrellados contra la superficie) que dieron al traste con nuestras expectativas. Ahora, con la experiencia aprendida, lanzamos en septiembre un rover, el Rosalind Franklin, y un aterrizador cuya parte es a cargo de la Agencia Espacial Rusa (ROSCOSMOS). Hablaremos de ello en una próxima entrada durante el año.

Para ir finalizando, entre los que considero principales hitos que vamos a ver este año, no puedo olvidarme del despliegue del telescopio más grande y complejo enviado al espacio para estudiar el universo, el telescopio espacial James Webb (JWST) [13]. En el momento de escribir estas líneas, el telescopio ha desplegado su espectacular pantalla de protección solar (del tamaño de una pista de tenis) y las celdas que componen su espejo segmentado de 6,5 metros de diámetro, muy cerca del punto de Lagrange 2 (L2) de la órbita terrestre (Tierra-Sol), a más de 1 millón de kilómetros de distancia de nuestro planeta. Una nueva época de la exploración astronómica está a punto de empezar, y sin duda volveremos en pocos meses a hablar intensivamente de este magnífico instrumento.

Captura de pantalla de la Web del James Webb Space Telescope (NASA), del pasado 13 de enero

Humanos entre mundos del sistema solar

Cerca de nuestro mundo tenemos que destacar la actividad en la Estación Espacial Internacional (ISS) que continúa teniendo una operatividad magnifica a pesar de pequeños sustos. El módulo ruso Nauka por fin ha sido acoplado a la ISS y este año hemos visto como las misiones tanto de transporte de astronautas como de aprovisionamiento a cargo de la empresa privada de Elon Musk se han convertido en subcontratas habituales de NASA. Las misiones Dragon Crew y Dragon Cargo, con la filosofía de reaprovechamiento de sus lanzadores (Falcon 9) han constituido sin duda un triunfo para Space X, incrementado su superioridad tras los fracasos de su principal competidora y habitual subcontrata de NASA, la todopoderosa Boing y su cápsula espacial StarLiner, cuyo vuelo de prueba de atraque a la ISS esperamos ver despegar este año.

Además, si el año pasado supuso la irrupción definitiva del turismo espacial (tanto suborbital a cargo de las empresas de Blue Origin y Virgin Galactic, como orbital a cargo de Roscosmos y Space X), este año se consolidará especialmente el orbital. Más caro, más complejo, pero mucho más astronáutico. La confirmación por parte de NASA de alargar la vida útil de la ISS hasta al menos 2030 y la renuncia al abandono del sector ruso que había sido anunciado por parte de ROSCOSMOS, nos permitirá ver vuelos de empresas privadas emergentes en turismo espacial con estancias en la ISS a cargo de Space X especialmente. Así este próximo mes de marzo veremos llegar la Axiom-1 con el astronauta hispano-estadounidense López Alegría como comandante de misión.

Logo de la misión privada a la ISS de la empresa Axiom Space de turismo espacial, contratando los servicios de Space X para llegar (y permanecer alojados unos 7 a 10 días) a la ISS

Mientras tanto, la Agencia Espacial China continuará completando su nueva estación espacial, que ya ha visto la estancia durante 6 meses de una tripulación de tres astronautas. La idea es que la estación, al igual que la ISS, permanezca continuamente habitada y operando.

Pero 2022 va a destacar con dos proyectos estrella que hemos dejado para el final de esta entrada y sí que tienen que ver con la exploración humana más allá de la Tierra.

No se nos escapa a nadie que, antes de finalizar el primer semestre del año, la NASA habrá sido de capaz de lanzar el primer cohete SLS (Artemisa-1) [14] con la capsula Orión para orbitar la Luna y regresar a la Tierra. Se trata del primer vuelo sin tripulación del gigante cohete SLS que tratará de devolver astronautas a la Luna tras unos 50 años del programa Apolo. Aunque la fecha del alunizaje humano en el sur de la Luna estaba prevista para 2024, organismos de la propia agencia espacial ponen en duda esta fecha, siendo aparentemente más realista 2025 o incluso 2026. En todo caso estamos a muy poco tiempo de esta nueva proeza humana.

Artemisa 1 en el edificio de ensamblaje de Cabo Kennedy. Cohete SLS-1 plenamente ensamblado y preparado para las últimas pruebas. Crédito: NASA

El cohete más potente desarrollado por NASA desde el Saturno V (el que nos llevó a la Luna), lleva numerosos retrasos y una tecnología no re-utilizable que pone en duda su viabilidad en el futuro. Además, el programa lunar depende de la subcontrata con Space X del módulo lunar, que está compuesto por una nave Starship lunar, después de la polémica suscitada y ya resuelta legalmente con su competidor Blue Origin.

Pero antes de este impresionante lanzamiento que veremos en directo sin duda, nos toca presenciar el lanzamiento de la Starship Heavy [15] a partir de febrero de este año. El más potente, innovador y aventurado proyecto de Elon Musk, la nave que, en sus propias palabras, nos llevará a Marte en menos de una década (no pasa desapercibido su exceso de optimismo). Ya hemos visto por una parte las pruebas con la Starship en BocaChica (Texas), y también la sección heavy (actualmente la BN4). Incluso hemos visto en directo (existen cámaras que emiten 24 horas de forma ininterrumpida desde la Starbase) el ensamblado de todo el cohete. La FAA, salvo sorpresa, le concederá a Space X el permiso para ejecutar el primer vuelo de prueba de este súper cohete a partir de finales de febrero de este año, y veremos rugir a la bestia que está destinada a convertirse en la estrella de las misiones a la Luna y al planeta Marte.

Captura de pantalla de las emisiones en directo desde BocaChica. Prueba de acople de la Starship SN20 con el BN4.

El plan de Musk incluye hacer volar unas 10 misiones de prueba este tipo este año, si la producción de sus innovadores motores no le da ningún susto, estamos a punto de asistir a una nueva era de la exploración espacial de mundos cercanos por parte de los humanos, pura ciencia ficción hace poco tiempo. Y si hace 20 años Musk era tildado de millonario excéntrico con caprichos espaciales fantasiosos, hoy su empresa, con su lanzador estrella Falcon 9 (y Falcon 9 Heavy), está plenamente consolidada en sector aeroespacial.

Crédito: everydayastronaut.com

Esta década promete grandes cosas en exploración espacial, no os la perdáis.

¡Gracias por leerme!

Actualización (abril 2022)

La guerra de Putin en Ucrania ha cambiado las cosas previstas. Podéis seguir en este blog los cambios, los más significativo, la ruptura entre ROSCOSMOS y NASA/ESA. La misión EXOMARS 2020 que iba a ser lanzada a finales de este año -tras el retraso por la Pandemia- por la agencia rusa , ha quedado suspendida de forma indefinida y almacenada en Italia. ROSCOSMOS hace amagos del abandono repentino de la ISS, pero todo eso lo vamos viendo en este blog. Una situación triste, que la mayoría de los científicos e ingenieros implicados en esta nueva era de exploración espacial, estoy seguro no desean.

A todo esto, una tragedia humana brutal en Ucrania, que pensábamos era cosa del siglo pasado en las imágenes de devastación que no esperábamos.

Referencias del texto.

[1] http://lucy.swri.edu/timeline.html#next

[2] https://www.nasa.gov/osiris-rex

[3] https://www.nasa.gov/feature/jpl/nasa-s-eyes-on-asteroids-reveals-our-near-earth-object-neighborhood

[4] https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0019103521002591?via%3Dihub

[5] https://www.hayabusa2.jaxa.jp/en/

[6] https://www.nasa.gov/planetarydefense/dart

[7] https://www.esa.int/Space_in_Member_States/Spain/Hera_la_mision_de_la_ESA_de_defensa_planetaria_-_Fact_Sheet

[8] https://psyche.asu.edu/

[9] https://www.nasa.gov/content/goddard/parker-solar-probe

[10] https://www.esa.int/Science_Exploration/Space_Science/Solar_Orbiter

[11] https://www.esa.int/Space_in_Member_States/Spain/Que_es_BepiColombo

[12] https://www.inta.es/ExoMarsRaman/es/mision-exomars/

[13] https://www.jwst.nasa.gov/

[14] https://www.nasa.gov/artemis-1

[15] https://www.spacex.com/vehicles/starship/