Telescopios inteligentes, astronomía amateur del siglo XXI
Hace muy poco, en mayo, desembalé mi telescopio inteligente Seestar S50 [1] del fabricante chino, ZWO. Como algunos de vosotros sabréis este fabricante lleva unos años sacando artículos muy buenos al mercado de la astronomía amateur, desde una gama excelente y amplia de cámaras CCD, pasando por filtros interferenciales y dispositivos de control electrónico de sistemas para astrofotografía.

Os voy a contar mi experiencia con el Seestar S50, uno de los telescopios inteligentes que está liderando el mercado por su precio y prestaciones, desde el punto de vista de recurso para la divulgación de la astronomía y también como telescopio para divertirnos en la astronomía amateur.
1.Sesiones públicas de observación: astroturismo
Una sesión de astronomía, una noche de estrellas, o como le queramos llamar, normalmente lleva implícita una introducción o interpretación del cielo con un láser (hay muchas personas que con esta parte es con la que más disfrutan), para posteriormente pasar a la observación mediante un telescopio, que también atrae la atención de parte del auditorio presente.
Este verano 2024, a diferencia del de los últimos años, los planetas Júpiter y Saturno han desaparecido del cielo y solo serán visibles entrada la madrugada o a finales del verano, y muchas de las actividades en las que colaboro de astroturismo en la provincia de Castellón precisan de algún objeto destacable en el cielo cuando no hay Luna, para despertar el interés de los asistentes, que normalmente son público familiar y no especializado.
Recordemos que más allá de alguna estrella doble y algún cúmulo estelar abierto o globular (M44, M13…) los objetos de cielo profundo se muestran muy débiles y pobres en cielos que no tengan completa ausencia de polución lumínica…y aun en el supuesto que tengamos una polución lumínica muy baja, se requiere cierta habilidad a la hora de mirar por primera vez incluso por un buen ocular e instrumento.
Ni que decir tiene que los niños, apenas son capaces de ver nada que no sea la Luna y detalles mayores de los dos grandes planetas -ausentes este verano como ya he citado- y alguna estrella doble (Albireo, Mizar-Alcor…), al menos durante observaciones públicas donde no pueden estar intentando mirar por el ocular durante varios minutos seguidos, ya que hay más público esperando. Muchas veces solo explicarles cómo deben mirar lleva más tiempo que el propio tiempo que estarán mirando,… seguro que a muchos de vosotros os sonará este escenario.
Los filtros anti polución para observación visual, tipo UHC y similares, trabajan bien, pero no hacen magia, es más, diría que su trabajo lo hacen mejor en cielos que rozan la ausencia de polución y precisan un plus de oscuridad.
Por otra parte, suelo trabajar habitualmente con grupos moderadamente grandes, de forma que para el desarrollo de la parte de observación al telescopio hay que invertir en un mayor número de instrumentos (mayor coste de la actividad) para que cada persona pueda pararse a mirar con cierta tranquilidad objetos que habitualmente no son ni mucho menos evidentes. Exceder una ratio de unas 20-25 personas por telescopio es molesto, los tiempos de espera para mirar una segunda vez por el telescopio se dilatan y la actividad puede no ser una buena experiencia, aun tirando mano de una sesión bien preparada y con mucha experiencia en la gestión de estos eventos.
Hace unos pocos años, y motivado especialmente por la pandemia de Covid19, para aquellas actividades en las que -por motivos de presupuesto- sólo se podía disponer de un telescopio y además no se disponía de unos cielos perfectos, opté por incluir en la observación un monitor grande y una cámara altamente sensible que capturara la imagen del telescopio.

De esta forma, la cámara acoplada al telescopio sacaba en «tiempo real» imágenes en el monitor por la conexión HDMI. Lógicamente no vale cualquier cámara de tipo DSLR o EVIL, de hecho, primero pasé por una Sony 6300 que soportó bastante bien el tipo incluso con los planetas, pero el año pasado (2023) ya invertí en una Sony A7s astro-modificada, es decir, sin el filtro de IR y con otro filtro en el sensor apropiado para la astronomía (esta modificación se realiza en casas especializadas y no es barata), una cámara que a pesar de los años que lleva en el mercado tiene unas sensibilidades magníficas, unos muy altos ISOS con ruido bastante contenido.
De esta forma para grupos de unas 50 personas, un único telescopio en combinación de un monitor de unas dimensiones aceptables (no inferior a 30”), es un buen recurso para trabajar la parte observacional de la noche ante el auditorio, pero ojo: en cierta forma se rompe la «magia» y experiencia «íntima» que supone mirar por un telescopio bajo una noche estrellada.
Pero, claro, teniendo muy en cuenta las dos variables antes enunciadas; cielos no perfectos y un grupo numeroso, es una buena opción, de hecho, se vuelve prácticamente la única opción desde mi punto de vista. Y apliqué este sistema incluso con los objetos como la Luna y los planetas.
En este escenario, con una cámara tipo Sony A7s, la nebulosa del anillo M57, M27 y por supuesto cúmulos abiertos y globulares se muestran en tiempo real como tenues nubecillas, pero sólo con que tomes una fotografía de apenas unos pocos segundos (no hace falta más de 5 a 10 segundos habitualmente), el resultado que puedes mostrar haciendo un zoom sobre la imagen es muy interesante. La M57 ya muestra colores entre la parte exterior e interior de la misma que suelen llamar poderosamente la atención del público una vez que comprenden además su naturaleza. Los cúmulos estelares muestran un gran esplendor.
Si te preguntas el por qué escogí un monitor de gran formato en vez de un pequeño proyector y una pantalla (tipo sábana blanca), los motivos son dos. El primero es que una pantalla de proyección aún rompe más la naturaleza de la noche, mientras que un monitor se parece más a mirar razonablemente una parte no muy extensa de nuestro campo de visión, podemos apartar la vista y ver el cielo. Un proyector sobre una pantalla de proyección abarca un gran campo visual de luminosidad y por tanto nos sumerge casi por completo en un ambiente muy iluminado para mi gusto, que quizás solo sea compatible con entornos urbanos. Es por ello que a pesar de requerir más esfuerzo llevar un monitor de grandes dimensiones (frente a un pequeño proyector LCD con una sábana blanca que haga de pantalla), lo prefiero con diferencia, en un intento de alterar en iluminación lo menos posible el entorno de observación.
2. El telescopio Seestar S50
Pero este año tenemos un nuevo vecino en el barrio, y ha hecho interrupción con fuerza. Se trata de uno de los llamados telescopios inteligentes (aunque esta denominación es más bien confusa), es decir, una serie de telescopios de pequeño tamaño, muy portátiles, que incorporan una cámara CCD integrada, filtro solar y anti polución (de doble banda en nuestro caso) y una electrónica con software embebido específicamente destinado a la captura, solar, lunar y de cielo profundo apilando imágenes en tiempo real.
Y el Seestar S50 es brutalmente compacto y de gran rendimiento. Con una modesta apertura de 50 mm y distancia focal de 250 m, lleva integrado un chip CCD color Sony IMX462 con resolución full HD (1080×1920), muy similar al de cámaras de entrada del segmento de fotografía planetaria.

Su forma compacta e integrada les da un aspecto exterior alejado de la estética a la que estamos acostumbrados cuando hablamos de pequeños telescopios.
El software de control que hay que instalar funciona sobre Apple o smartphone/tablet con Android, y es asombrosamente sencillo de manejar (está en inglés de momento, pero no es problema). El dispositivo de control con el software instalado (desde la página web del fabricante o desde la propia Google Play) se conecta a la wifi que el propio telescopio genera de una forma sencilla siguiendo unos sencillos pasos.
Es decir, estamos ante un telescopio con el cual no se mira por un ocular, si no a una pantalla donde tengas instalada la aplicación del fabricante. Ni que decir tiene que con un cable de USB-C (teléfono o Tablet) a HDMI (monitor o si se considera apropiado, un proyector) hace el resto [2], pudiendo mostrar las imágenes en tiempo real en un monitor grande con todo el grupo asistente a la sesión.


Una ventaja comodísima es que el telescopio lo hace todo: la búsqueda del objeto, el autofoco (permite también el foco manual), la exposición [3] y por su puesto el tipo de observación (solar, lunar o cielo profundo).
Llama poderosamente la atención su búsqueda de objetos gracias a sus sensores y su posicionamiento GPS, lo que nos permite instalarlo de cualquier forma en cualquier lugar, da igual su orientación. Si seleccionamos el Sol o la Luna, automáticamente se dirigirá hacía el Sol (importante colocar el filtro manual delantero de lo cual te avisa) o la Luna, y te los mostrará en tiempo real [4].
El tema de las capturas y el zoom o modificar brillo y contraste (si se desea) se lo deja al usuario mediante la aplicación, aunque los parámetros por defecto son muy adecuados para todo. Además, el telescopio tiene 64 Gb de memoria para almacenar las imágenes, si bien también se descargan en el smartphone o tablet desde la cual estés maniobrando el telescopio. Por defecto las imágenes se guardan en formato JPG, pero permite seleccionar el formato RAW (TIFF) si posteriormente quieres realizar un procesado más avanzado, que no interesa para el escenario del que hablamos ahora. Para ello debes indicar que guarde toda la pila de imágenes de (cielo profundo) de forma que posteriormente puedes descargarlas a tu Tablet o PC. El software también te permite realizar vídeo (interesante para la mejora de imágenes del Sol y la Luna, procesando el vídeo fuera del segmento del astroturismo) y time-lapse, o incluso su uso como telescopio terrestre.
Pero lo aún más asombroso es la localización para encontrar objetos de cielo profundo. Nuevamente señalando que, con independencia de la colocación inicial del telescopio, la única exigencia que es posible que te aparezca es una sencilla nivelación electrónica si él considera que se encuentra desequilibrado. Para este caso, yo recomendaría adquirir un pequeño nivelador [5] que haga innecesario trastear con la longitud de las patas del trípode, aunque no es imprescindible.
Sólo tienes que elegir un objeto (bien mediante la selección de objetos propuesta, bien entrando su nombre o bien entrando en la aplicación de atlas vinculada y haciendo «goto» sobre el objeto de interés), posteriormente hará una prueba de movimientos horizontales, una prueba de la capacidad de apilado y tras unos 3 minutos de esta rutina (que sólo realizará una vez en la sesión), se dirigirá a la zona, tomará una imagen, hará un «plate solving» automáticamente sobre el atlas estelar integrado con la aplicación (muy similar al conocido Stellarium), corregirá su posición y después lo «clavará» en el centro del campo.
La sensibilidad de la CCD integrada (color) es muy posible que te devuelva en tiempo real al objeto en la imagen en tiempo real, especialmente si es un Messier, pero es que a poco que presiones al botón de captura fotográfica -10, 20 o 30 segundos por exposición, por defecto 10 segundos, que hasta ahora es la que mejor me ha funcionado-, te va a tomar una fotografía que, de forma contínua, te irá apilando con la siguiente a la vista de todo el público asistente…el objeto empezará a aparecer (junto a un montón de estrellas de campo) a cada exposición acumulada de una forma cada vez más intensa: sencillamente increíble su pasmosa facilidad de utilización y captura de objetos.
Se aconseja que las fotografías no tengan más de 10 segundos para evitar en lo posible la rotación de campo (típico de un sistema con montura altazimutal) y el seguimiento, que todo hay que decir, lo hace perfecto. Por cierto, el filtro antipolución que lleva, trabaja formidablemente bien, y es posible trabajar incluso desde entornos urbanos con objetos de cielo profundo, que además tienes en la pantalla de tu teléfono móvil/tablet en pocos segundos. Así mismo también presenta problemas en el seguimiento y apilado con objetos casi cenitales, de forma que te aparecerá como va rechazando capturas que le son imposibles apilar por la presencia de trazas en las estrellas.
Decir que adicionalmente puedes trabajar o no con el filtro antipolución, e incluso conectar la resistencia anti humedad, que baja notablemente las casi 6 horas de operatividad del telescopio con la batería integrada completamente cargada. Su conector de carga USB (viene un cable, pero no cargador de red, aunque sirve cualquiera de teléfono) te permite poner una powebank para alargar la sesión o en caso de batería baja.
En definitiva, desde la perspectiva del astroturismo y en las condiciones que he citado, una herramienta muy brillante. El público asistente se encuentra «a los mandos» de una astronomía moderna y de una forma de trabajo del siglo XXI, con las ventajas de sensibilidad y versatilidad que ofrecen los instrumentos modernos más potentes, pero en un pequeño instrumento de 50 mm de diámetro que se puede mover con rapidez en una pequeña maleta (incluida en el pack) sin apenas peso (no llega a los 3 kilogramos).
3. Primeros resultados
Con el Sol y la Luna, la simplicidad de las capturas (portabilidad de todo el equipo, montaje y rapidez de la captura) gana con mucho a la mediana resolución de las mismas. Pero sin grandes ampliaciones la resolución no se nota mucho. Recordemos que estamos ante un chip pequeño que abarca un campo razonable (toda el Sol o la Luna) gracias a la pequeña distancia focal del telescopio.

El software nos permite para este tipo de observaciones un zoom de 2x y 4x que son razonablemente aceptables. A 4x la turbulencia de la atmósfera es molesta (es posible que incrementada por mi ubicación para las pruebas), y conviene una aclimatación del conjunto y -si no queremos complicarnos la vida capturando video para procesar externamente-, múltiples capturas para después quedarnos con la menos afectada por la atmósfera. El brillo automático lo encuentro un poco bajo a este aumento y podemos modificarlo ligeramente para que no quede excesivamente oscura la imagen.

En todo caso, un pequeño procesado posterior con una aplicación simple como la incluida en Google Fotos, o en el visor de fotos de Windows es recomendable y se hace necesario e imprescindible para cielo profundo si queremos un buen resultado que mejore notablemente la captura.
En cielo profundo, como ya hemos comentado, el telescopio busca, calibra conjunto (en la primera toma de la sesión) y posteriormente empieza a disparar.
Por defecto las capturas de apilado no se guardan (en propiedades avanzadas tenemos la posibilidad de que si lo haga) y el resultado que va mostrando (hasta que detengamos la foto) es un jpg.
Con el filtro antipolución podemos trabajar desde núcleos de población bastante iluminados de una forma sorprendente, y para algunos objetos (nebulosas especialmente) el telescopio decidirá incluirlo en las capturas. Mi consejo es retirarlo inicialmente pinchando en un icono circular que se muestra en la parte derecha del interfaz de captura, que se pone de color verde cuando está activado. El telescopio trabaja razonablemente muy bien desde entornos suburbanos e incluso desde dentro de poblaciones sin necesidad de recurrir a este filtro (que además es de doble paso). Mis primeras pruebas con un cúmulo globular de Ofiuco que veo desde mi balcón en un cuarto piso de un edificio de 8 y rodeado de luces de todo tipo y corrientes térmicas acentuadas por el calor de este mes de julio, así me lo han demostrado. Sin embargo, aún no lo he probado con nebulosas porque no tengo a la vista desde la pequeña «ventana al cielo» que me ofrece mi balcón. Actualizaré en cuanto pueda esta comparativa, por si os resulta de interés.


Con el filtro, lógicamente hay que incrementar los tiempos (el total del apilado), aunque estamos hablando inicialmente de exposiciones de 10, 20 o 30 minutos, todo ello en base a capturas de 10 segundos. Un consejo, haced una captura de un objeto con un par de frames con filtro y un par de frames sin filtro, eso os dará una idea de la diferencia de señal entre una y la otra.
En campo abierto, lejos de luces urbanas y con un cielo muy aceptable, la diferencia que se muestra es, como era de esperar notable.

Las imágenes son buenas, pero precisarán un pequeño procesado con la aplicación de nuestra Tablet o teléfono en el que tengamos la aplicación y guardemos las fotos. Un estirado del histograma es suficiente para que la cosa mejore de forma muy sencilla y bastante notablemente sus resultados. Al tratarse de una toma final la del apilado, podemos hacer el procesado simple prácticamente en el momento, aunque lo mejor es intentar trabajar en una pantalla mayor que la del móvil/Tablet tranquilamente al día siguiente.

La pasmosa facilidad en la captura de estos objetos, en los que nos podemos ir fácilmente a apilados de 30 o 40 minutos (aquí ya empieza a notarse la rotación de campo en los bordes) y ver como va mejorando la toma captura a captura (frame a frame, si deseas llamarlo así) es un entretenimiento llamativo que me hizo pasarme una corta noche de verano de forma muy divertida como hacía años no disfrutaba.

Respecto a la captura planetaria aún no puedo decir mucho, pero entiendo que será la parte más flojita de este conjunto especialmente por su corta distancia focal, y porque además, los resultados aceptables en planetaria pasan siempre por captura de videos y su posterior análisis quirúrgico para quedarse con los fotogramas más buenos que serán posteriormente apilados, siempre con aplicaciones de terceros y trabajo más o menos laborioso, lejos del concepto de este producto.
La pretensión en general no es hacer grandes fotos, como cito en esta entrada, el telescopio no compite con telescopios y cámaras dedicadas a la astrofotografía, aunque intuyo que con un trabajo laborioso como es la captura en RAW y el procesado exterior con aplicaciones dedicadas de terceros, se pueden sacar resultados muy interesantes, eso si, muy lejos de la calidad de aquellas primeras. Pero la transportabilidad, rápida puesta en funcionamiento y despreocupación del inicio de la captura del objeto que deseemos obtener, sin duda os va a seducir a todos aquellos que ya conocéis este mundo.
Los ingenieros e ingenieras que han desarrollado este producto, lo han hecho a la perfección y a un precio imbatible, vaya mi más sincera felicitación.
4. A la vista de todo esto ….¿Debo comprarme un Seestar S50?
Si y no. Depende.
Primero, vaya por delante que no tengo ningún tipo de interés comercial en recomendar un producto, no me patrocina (y estoy muy lejos de ello) ninguna marca ni ninguna tienda de óptica y accesorios astronómicos, aunque como en todo, tengo mis preferencias que intento no expresar en público.
El Seestar S50 es un juguete maravilloso para aficionados a la astronomía medios y avanzados y una herramienta didáctica estupenda para el astroturismo, sobre todo en los escenarios que he explicado; un cielo suburbano y un grupo mediano o grande.
En un cielo excelente (esto ya empieza a ser muy complicado) y con un grupo de personas muy pequeño (quizás no más allá de 3 a 5), la visión a través del ocular y el instrumento adecuado según el objeto elegido, es insustituible y es una experiencia diferente y maravillosa. En cielo profundo la observación directa NO será ni de lejos más espectacular que las obtenidas con el Seestar, pero las sensaciones que provoca una visión directa pausada de un objeto a diferentes aumentos tiene algo que un telescopio inteligente no puede emular.
Un aficionado avanzado podrá jugar con el Seestar, y rápidamente conocerá sus límites, sobre todo si está familiarizado con la astrofotografía y los costosos procesos y material empleado. Eso sí, con unos medios dedicados de astrofotografía se obtienen unos resultados mucho-mucho más destacables a un precio mucho-mucho más alto y con un procedimiento mucho-mucho más complejo y laborioso.
En esta entrada estamos hablando de un telescopio inteligente «all in one» de sólo 50 mm de abertura y algo más de 200 mm de distancia focal, pero que nos devolverá resultados increíbles en muy poco tiempo para mostrar a los demás o recrearnos nosotros mismos. Su filtro anti polución integrado interiormente, que podemos retirar por software, nos permitirá buenos resultados incluso en cielos malos, es decir, cielos urbanos.
Estoy empezando en esto de los puntitos en el cielo ¿me compro uno?
Desde este punto de vista ¿por qué no recomiendo este telescopio a alguien que quiere empezar? Pues bien, una vez más, pienso que no es una buena idea para una persona que parte de cero o casi de cero en la astronomía observacional darle «comida rápida». No conocer el cielo y guiarse por lo que el propio telescopio te propone para apuntar, vale… si, es sencillo, puede incluso puntualmente ser ilustrativo, pero te vas a quedar huérfano de conocimientos que te permitan apreciar los resultados e incluso compartirlos con terceras personas, sobre todo en capturas que no sea el Sol y la Luna.
Con este telescopio es cierto que se precisan casi cero conocimientos para hacerlo funcionar, no como un telescopio óptico clásico computerizado (con su necesidad de alineación a la polar e identificación de estrellas de calibración), pero, aun así, solo lo recomendaría para aquellas personas que puedan permitirse un cierto nivel de capricho y deseen «jugar a la astronomía amateur del siglo XXI», sin mayores pretensiones y sin que tenga que ofrecer ninguna explicación, quizás ni a sí mismos.
Si desde esta falta de conocimientos de dónde nos encontramos, creemos que los resultados son comparables a un equipo amateur avanzado de astrofotografía, estamos muy equivocado. Pero de eso, hablaremos en otra ocasión.
Por cierto, el software también te ofrece completos manuales (en inglés), una comunidad en la que puedes compartir tus fotografías (por defecto desactivado) en tu ubicación, y unas actualizaciones de firmware más o menos periódicas, que estarás obligado a instalar al arrancar la sesión (su instalación es rápida y no debes interrumpirla).
Espero que esta entrada os sirva de ayuda, y naturalmente estoy a vuestra disposición para cualquier consulta (que tardaré en contestar pero lo haré).
Un saludo y gracias por leerme.
Notas:
[1] https://www.zwoastro.com/product/seestar-s50/
[2] El cable puede ser substituido por enlace wifi con el monitor si posee esa tecnología (más habitual en televisores que no en monitores de Pc)
[3] Una vez encontrado el objeto, en el caso de cielo profundo en el que se apilarán de forma continua imágenes, cuando presiones «capturar», el telescopio iniciará una breve rutina de calibración, tanto de movimiento de campo como de captura, que no llevará más allá de unos 3 minutos en total. En este punto es donde nos puede detectar una necesidad de equilibrado con la brújula electrónica.
[4] En el caso del Sol y la Luna, el telescopio es capaz de distribuir señal de streaming entre dispositivos electrónicos presentes, que se pueden conectar a la red wifi que proporciona el propio telescopio. No aconsejo la utilización de esta interesante posibilidad salvo para grupos muy pequeños. Será necesaria una aplicación de terceros, como VLC (gratuita) para configurar el streaming en los participantes.
[5] Se ha popularizado mucho este nivelador (o similares, se comercializa con diferentes marcas), económico y que recomiendo: https://www.amazon.es/dp/B09QRJPNZX?psc=1&ref=ppx_yo2ov_dt_b_product_details
