Perseidas vs súper Luna

Perseidas versus súper Luna en 2022

Entramos en una de las más famosas semanas boreales en cuanto a observación del cielo estrellado. La semana del máximo de la lluvia de estrellas fugaces conocidas como Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo, por la proximidad de la fecha al citado santoral cristiano.

El motivo de su popularidad -entre los habitantes del hemisferio norte- es el conjunto de varias causas. En primer lugar, es un fenómeno astronómico, que, como todas las lluvias de estrellas, no precisa ningún instrumento óptico, tan solo nuestros ojos, mirar hacía el cielo y observar. En segundo lugar, se produce durante el típico periodo vacacional del mes de agosto. Muchas personas se encuentran con tiempo libre para el ocio y han oído en alguna ocasión hablar de esta lluvia, pues se trata de un fenómeno astronómico cíclico que se observa desde la antigüedad.

Además, este periodo vacacional, coincide con el verano en nuestro hemisferio norte, que invita aún más a pasar una velada bajo la cúpula estrellada, y más con el preocupante aumento de las temperaturas que cada vez más estamos viviendo, la noche siempre nos proporciona un alivio refrescante.

Pero ahora vamos a tratar el tema de la lluvia. Se trata de una de las más intensas del año (la tercera en intensidad habitualmente), pero NO es ni la más intensa NI responde muchas veces a las expectativas que habitualmente los medios de comunicación les proporciona.

Principales lluvias de estrellas 2022. Crédito: Instituto Geográfico Nacional. Gobierno de España

La Tierra entra en el tubo de partículas microscópicas del cometa 109P/ Swift-Tuttle entre el 18 de julio y el 25 de agosto. Todas parecen provenir -si prolongamos imaginariamente sus trazas- de un punto de la constelación de Perseo, que es donde se sitúa el llamado radiante de la lluvia. Eso no quiere decir que debamos de localizar y mirar hacia la constelación de Perseo, si no tumbados contemplando la mayor cantidad de cúpula celeste y por supuesto, lejos de luces urbanas.

El cometa regresa cada 135 años, y ese año (o el siguiente) provoca una lluvia que triplica o más el número habitual de meteoros que podemos ver la noche del máximo y que solemos citar de 100 a la hora.

Pero esa cifra citada, es la llamada Tasa Horaria Cenital (THZ), es decir el número de meteoros que veríamos si el radiante situado en Perseo se situara en el Cenit (vertical del observador) en el momento del máximo.

Pero debido a la absorción atmosférica, en el momento del máximo, y si se produce a una hora adecuada (con Perseo ya alto en el horizonte norte) podemos ver entre 50 y 80 a la hora desde nuestra latitud… con suerte.

Sin duda un espectáculo ver cómo se desintegran esas pequeñas partículas -restos de un cometa- a unos 80 o 100 kilómetros de altura y que de vez en cuando nos sorprenden con un bólido -o estrella fugaz especialmente brillante-.

Ahora bien, eso en unas condiciones de observación ideales, sin polución lumínica.

Pero, pero, pero,… aunque este año resulta que el máximo de las Perseidas se produce entre la noche del viernes 12 al sábado 13, algo ideal para las personas que incluso no estén de vacaciones podríamos pensar (¿verdad?), por desgracia el día anterior, el 12, se produce el plenilunio de agosto, y además con la fase lunar coincide el perigeo de su órbita, es decir, con su punto más cercano a nuestro planeta, o lo que en las últimas décadas los medios han popularizado cómo «súper Luna».

La Luna se ve un poco más grande (apenas perceptible a la vista) y un poco más luminosa (que si que es perceptible para un observador perspicaz).

Como la constelación de Perseo se levanta adentrada la noche, pero la Luna llena también (recordemos que la Luna llena sale por el este al ponerse el Sol por el oeste), tenemos un pulso «a muerte» entre las Perseidas y la súper Luna.

¿Quién ganará según los medios de comunicación no especializados?

Solo tenéis que leer titulares y salir un rato a corroborar o desmentir. NO voy a hacer espóiler y muc@s seguro que lo tenéis claro, pero en todo caso SIEMPRE merece la pena salir a estar bajo las estrellas, aunque se vean pocas pero con una Luna llena preciosa.

¡Gracias por leerme!